Muchos de los servicios que utilizamos en Internet nos piden que ingresemos con un nombre de usuario y una contraseña. El correo electrónico, Facebook, Twitter, Youtube, nuestra cuenta bancaria o el sitio en el que guardamos nuestros archivos para compartir, nos piden ese requisito y es cada vez mayor la cantidad de contraseñas que debemos recordar. Lo más sencillo sería utilizar la misma contraseña para todos los servicios, pero eso sería muy inseguro.